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23 de julio de 2025

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Mentiras que gobiernan,cuando un presidente difunde un video falso

Mentiras que gobiernan,cuando un presidente difunde un video falso Cuando un presidente difunde un video falso generado por inteligencia artificial, no sólo desinforma: atenta contra la democracia, erosiona la verdad y abre un abismo de peligros para países en desarrollo como la República Dominicana
El video falso difundido por Truth Social desde la cuenta oficial de Donald Trump, creado por una inteligencia artificial mostrando el arresto de Barack Obama en el Despacho Oval, abre una peligrosa grieta en la confianza democrática. Una advertencia urgente sobre los riesgos de la desinformación digital desde el poder. La República Dominicana debe aprender de este precedente antes de que sea demasiado tarde. La desinformación ya no es un accidente del sistema: hoy puede ser parte de la estrategia presidencial. Y eso, en cualquier país democrático, debería encender todas las alarmas. El presidente Trump al publicar el video que fue creado por un usuario de TikTok, este domingo en su plataforma Truth Social, circula por las redes sociales y en medios de comunicación el video que compartió desde su red social Truth Social un video grotesco y que afecta la imagen de la Casa Blanca, fue generado por inteligencia artificial, donde se recrea una escena ficticia en la que el expresidente Barack Obama es arrestado por agentes del FBI dentro del Despacho Oval. El montaje –musicalizado con el himno de campaña “YMCA”– muestra a Obama siendo esposado, arrodillado y luego encerrado tras las rejas. Trump, mientras tanto, sonríe desde su silla, en una posición de superioridad simbólica y política. El video termina con la frase: “Nadie está por encima de la ley”, misma que, originalmente, había sido pronunciada por Obama, Joe Biden y Nancy Pelosi… en referencia a Trump. Pero esta vez, la ironía ha sido convertida en munición política. En una era donde los límites entre lo real y lo simulado se desdibujan peligrosamente, que un líder político –y aún más, un presidente en ejercicio– publique este tipo de contenidos sin ningún tipo de advertencia, es un acto profundamente irresponsable. Es más: es una amenaza directa al contrato democrático, más aún afecta a un país que dice ser defensor de la democracia y de libertades en el mundo. El poder (y el veneno) de la IA El video compartido por Trump no es solo una ocurrencia conspirativa. Es un arma propagandística sofisticada. Utiliza técnicas de deepfake, montaje visual, manipulación emocional y distorsión narrativa para generar indignación y reafirmar prejuicios. La inteligencia artificial ha dejado de ser una herramienta técnica para convertirse, en manos equivocadas, en un arma de manipulación masiva. Lo que antes requería presupuestos millonarios y expertos en cine, hoy se produce con una aplicación gratuita y una idea tóxica. Y cuando esa idea parte del presidente o de un actor político con millones de seguidores, los daños ya no son hipotéticos. Son reales. De hecho, un informe reciente de la Universidad de Stanford advirtió que los videos falsos compartidos por líderes políticos aumentan un 367% su credibilidad entre sus seguidores, incluso cuando se demuestra que son falsos. La verdad, en este contexto, no importa. Lo que importa es la narrativa. Y esa narrativa está siendo moldeada por algoritmos, no por hechos. Una grieta moral en la Casa Blanca… y una advertencia para América Latina En Estados Unidos, el episodio ha desatado una ola de reacciones. Desde medios de izquierda que calificaron el video como “una fantasía desquiciada”, hasta sectores de derecha que lo interpretan como una representación simbólica de una justicia postergada. Pero más allá de las trincheras ideológicas, el consenso es claro: el uso de IA para simular acciones penales contra adversarios políticos es una forma moderna de persecución simbólica. Es una advertencia velada. Es el uso del poder comunicacional para destruir reputaciones, minar la confianza pública y, sobre todo, para sembrar el caos. Y aquí es donde la reflexión debe cruzar fronteras. En países como la República Dominicana, donde los niveles de alfabetización digital son bajos, la institucionalidad democrática es frágil y la polarización política es intensa, el uso de contenido falso por parte de figuras de poder sería aún más destructivo. Una mentira bien producida podría incendiar un proceso electoral, deslegitimar una institución o desencadenar violencia social y destruye la débil democracia que se ha construido por decadas. ¿Qué pasaría si un presidente dominicano publicara un video donde arrestan falsamente a su principal opositor? ¿Cuántos lo creerían? ¿Cuántos reaccionarían con odio o miedo? ¿Cuántos medios lo amplificarían antes de verificar? El riesgo a la libertad, la democracia y el futuro Este hecho protagonizado por Trump marca un antes y un después. No se trata solo de un mandatario siendo polémico. Se trata de un punto de inflexión en el uso de la tecnología en la política. Un nuevo tipo de populismo, alimentado por algoritmos, donde la verdad es reemplazada por simulaciones convincentes y manipuladoras. Peor aún, la desinformación ya no necesita ser escondida. Ahora es celebrada, compartida, coreografiada con música y memes. Y lo que es aún más grave: publicada desde cuentas verificadas de presidentes o candidatos presidenciales. Esto no solo normaliza la mentira: la institucionaliza. Una gran lección para República Dominicana Los dominicanos enfrentan un reto urgente: fortalecer su alfabetización digital, Algunos empezaran insistir en modernizar con nuevas leyes sobre desinformación y la libre expresión, y sobre todo, exigir ética y responsabilidad a sus líderes. Porque si en Estados Unidos –con toda su tradición institucional y medios independientes– un presidente puede difundir mentiras con total impunidad, ¿qué impide que eso se replique en América Latina? La República Dominicana debe estar alerta. La política del futuro no se decidirá solo en las urnas, sino también en las redes. Y si permitimos que la mentira se convierta en política de Estado, estaremos sentenciando nuestra democracia a la irrelevancia. Cuando el presidente miente con IA, la verdad se convierte en rehén del poder. Y una democracia que no defiende la verdad está a un paso de convertirse en espectáculo. La próxima vez que veas un video viral con música pegajosa y una escena impactante, pregúntate primero: ¿es real? Y luego: ¿quién se beneficia si lo creo? Porque en la era de la inteligencia artificial, la primera línea de defensa de la democracia no son las leyes. Es tu capacidad de pensar críticamente. Lo que hoy ocurre en Estados Unidos podría ser mañana la portada dominicana. Y para cuando la verdad logre despertar, la mentira ya habrá recorrido todas las redes sociales. El futuro de nuestras libertades no depende solo de nuevas leyes, sino del coraje de nuestras democracias para decir la verdad… incluso cuando es incómoda. Porque cuando la verdad se arrodilla ante la política, el pueblo termina preso de la mentira.

Emisión en directo de turnolibre.com.do

25 de junio de 2025

El Parlacen le costó al país RD$662 millones en cuatro años

Compartir Expandir imagenEl Parlacen le costó al país RD$662 millones en cuatro años La bancada parlamentaria de República Dominicana en el Parlacen en sesión el 15 de mayo de 2025. (FUENTE EXTERNA) El trabajo del Parlamento Centroamericano (Parlacen) durante el 2025 se puede resumir en los 24 "pronunciamientos" y "recomendaciones" que ha emitido sobre temas de interés regional, incluida la tragedia ocurrida en República Dominicana en abril en la discoteca Jet Set. Esa lista de consejos, que los estados miembros pueden o no tomar en cuenta y que tiene poco o ningún efecto en la opinión pública, parecen un pobre beneficio frente a la inmensa cantidad de dinero que cuesta mantener a sus diputados, exonerarles sus vehículos y financiar a la propia organización. Al país le costó 662 millones de pesos mantener su representación en el Parlacen en el período 2020-2024 como producto de la contribución anual a la que se comprometieron los miembros y de las exenciones de impuestos a los vehículos de lujo que importan sus diputados. Made with Flourish Esta cuota ha aumentado con el tiempo y pasó de los 72.4 millones de pesos en 2020 a 192.4 millones en 2025, lo que elevará la contribución dominicana total de los últimos seis años a 713.8 millones. Cada uno de los seis países que lo integran, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, República Dominicana y Panamá, aportan 20 diputados con poco poder de incidencia, pero privilegios similares a sus colegas en la Cámara de Diputados. Tienen derecho a inmunidad diplomática y a importar sin impuestos un vehículo cada dos años. Recibe en tu bandeja de correos un resumen semanal de las principales noticias de interés para la diáspora dominicana y Estados Unidos. Introduce tu email Al igual que los diputados territoriales, esas exoneraciones son usadas para comprar vehículos de alta gama que valen decenas de millones de pesos, lo que sugiere que también se venden a agencias de vehículos. Un ejemplo sobresaliente es la maestra Kenia Xiomara Guante, quien compró dos Mercedes Benz G 63 del año por un valor total que supera los 20 millones de pesos, lo que implicó un sacrificio para el fisco de más de ocho millones. Made with Flourish La curul que ganó Tony Raful en las elecciones del 2020 se aprovechó para traer tres automóviles, pues él mismo compró un McLaren 570S valorado en cerca de 10 millones en 2020 y en noviembre de ese año fue designado por el presidente Luis Abinader como embajador dominicano en Italia. Ocupó su lugar Guante, expresidenta de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), quien era su suplente y se apresuró a embarcar un carro en 2021 y otro en 2023.