El premio Casandra sigue estancado con la producción de su alfombra roja. Por más fórmulas y alternativas que se ensayen es evidente que el crecimiento en ese sentido no ha podido hacerse realidad.
Este año el primer gran desacierto de esta pasarela carente de chispa fueron sus conductores que lucieron muy erráticos y se veían huérfanos de un verdadero guía en la dirección de televisión.
Yolanda Martínez fue la peor de los anfitriones de la alfombra y aunque es una mujer de experiencia en la pantalla chica, aparte que no podía mantenerse quieta en el set, los nervios le cogieron con una perorata interminable cuando entrevistaba a algún nominado del Casandra.
Se demostró que este tipo de trabajo no es lo de Martínez pues las críticas no se han hecho esperar.
Ni dejaba hablar a su compañera, la ex Miss Universo, Denisse Quiñones, que solo parecía cumplir un rol "decorativo" a su lado aunque eso podría radicar en el hecho de que ella por ser extranjera y no vivir en el país conocía poco de los artistas criollos que se abordaban.
Por lo que sería bueno saber cuál fue el "genio" que escogió a Quinoñes para tal desempeño pues como dicen en el lenguaje urbano "la macó".
Y tanta bulla de prensa que se hizo con la incorporación de Yolanda Martínez y Denisse Quiñones en la alfombra del Casandra para resultar este relajo
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