LICEY AL MEDIO.- El obispo durante largos años de San Francisco de Macorís, ha sido declarado “Hijo adoptivo de Licey al Medio” por el trabajo que realizó durante su paso como sacerdote por estas tierras.
Las autoridades municipales, encabezadas por el síndico del PLD, Humberto Triunfel, aprovecharon que la Iglesia celebra las Patronales del Corazón de Jesús para hacer el reconocimiento a Monseñor Jesús María de Jesús Moya.
Ese día le tocaba precisamente a De Jesús Moya oficial la misa. Otros obispos dirigentes de Diócesis, como son Juan Antonio Flores Santana y Freddy Bretón Martínez, figuraron en el programa organizado por la Iglesia, bajo la responsabilidad del párroco Tomás Morel.
Monseñor de Jesús Moya fue durante muchos años párroco de esta comunidad donde dejó profundas huellas en los corazones de los habitantes, recordó el síndico Triunfel.
En consecuencia el Ayuntamiento resolutó declararlo “como hijo adoptivo” y en consecuencia le entregó enmarcada la misma en una sencilla ceremonia celebrada después de la misa que ofició el prelado.
“Me voy orgulloso y parejero de Licey”, dijo el son de broma el obispo tras recibir el reconocimiento de parte de las autoridades municipales.
La entrega la realizaron el síndico Triunfel, los concejales Luis Arias y profesor Sixto Arias, y el Secretario Municipal, ingeniero José Luis Arias Amarante. El presidente del cabildo, profesor Rafael Castillo, llegó un poco retrasado porque se encontraba participando de otra actividad.
El regidor Luis Arias leyó el perfil de Monseñor De Jesús Moya y destacó el amor profundo que siempre ha sentido por esta “patria chica”de Licey y por eso hoy lo reconocemos como “Hijo adoptivo”.
Triunfel, de su lado, leyó la resolución donde se le declaró como tal no sin antes precisar que Monseñor, a quien llamó “nuestro obispo”, tiene un lugar asegurado en el corazón de todos los munícipes.
A continuación vino el reconocimiento y el prelado, emocionado, dijo que lo repartía entre todos los fieles que atestaban la parroquia Corazón de Jesús, que eran cientos.
“Estuve aquí, y hace tiempo estoy en otros pueblos, pero no por eso me he olvidado de esta comunidad, donde di mis primeros pasos como sacerdote”, recordó Monseñor Moya.
Dijo que estaba sumamente orgulloso y contento por este reconocimiento y con palabras sinceras agradeció al síndico y demás autoridades esta iniciativa de convertirlo en “Hijo adoptivo” de esta trabajadora y progresista comunidad.
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