El Jueves Santo, en la memoria de los siglos y en la memoria de la iglesia, está marcado por grandes acontecimientos. Jueves cargado por el amor, es un día que está cargado por la injusticia, porque Jesús es apresado injustamente, es un día que nos habla de mucha entrega, y es tan grande ese día, que en la Semana Santa se recuerdan los aspectos más dolorosos, los aspectos que hablan de sufrimiento, y todo lo que es muy hermoso en el Jueves Santo, se pasa a otra celebración: el Corpus Cristi.
Por eso, el Jueves Santo es un jueves que nos marca, y de tal manera es así, que todos los que tienen experiencia de vida de iglesia, saben que cada jueves se recuerda ese Jueves Santo.
En ese día, cuántos se congregan para la oración para estar ante el cuerpo de Cristo. Por eso, Jueves Santo no es un día cualquiera en la historia de la humanidad, ni en la historia de la Iglesia, es un día que marca cada semana, que marca cada año y que marca nuestras vidas.
Jueves Santo sigue hablando, igual que habló y enseñó aquel primer Jueves Santo, el que le tocó vivir a Jesucristo.
Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.
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