Separar la paja del grano
Separar la paja del grano
CÉSAR PÉREZ
Sociólogo, urbanista y municipalista
Sobre mí
Doctor en Sociología de la Universidad de Estudios de Roma, Italia. Profesor de Sociología urbana por más de 35 años. Ha publicado numerosos estudios sobre gobernabilidad local y gestión urbana.
Los gobiernos suelen ser reflejos del partido que lo configura, a veces, más que el partido, la impronta y forma de su discurrir se lo impone el estilo o temperamento de quien lo preside. El presente gobierno es un buen ejemplo de ese aserto, porque discurre en medio de la ambigüedad, la indefinición y del tacticismo que ha marcado la trayectoria política, el carácter y temperamento de quien lo preside: Danilo Medina.
La primera acción importante de este fue su esperanzador discurso de investidura, decepcionando de inmediato con la cuestionada integración de su gabinete, la segunda acción de trascendencia fue su discurso de rendición de cuentas ante el Congreso Nacional, donde en nombre de la recuperación de los recursos naturales dio un ultimátum a la Barrick Gold. Pero, una semana después anuncia la carretera Santiago-San Juan, proyectada con un trazado que sería catastrófico para la Cordillera Central, considerada como nuestro más preciado recurso natural y madre de nuestras aguas.
Hace aprobar una reforma fiscal, justificándola porque encontró la economía devastada y sin recursos para gobernar, pero hasta el momento el Ministerio Público no ha dicho quienes ni cómo se produjo ese déficit, al tiempo de guardar silencio o ignorando las denuncias, pruebas en manos, de varios juristas de que en ese engendro se violaron decenas de leyes sustantivas y adjetivas.
Desmantela la estructura mafiosa que desde Palacio importaba productos agrícolas para competir de manera desleal y privilegiada con productores de diversos rubros, a quienes se les condujo a la quiebra, sin que hasta el momento el Ministerio Público haya llevado a los tribunales a ninguno de los integrantes de esa estructura.
De hecho, ese desmantelamiento. de parte de Medina, al igual que la condena que este a los términos de contrato con la Barrick Golg incriminan al ex presidente Fernández, quien fuera su promotor y justificador a través de un encendido discurso pronunciado en su Fundación Global. Una clara evidencia de que en este país no existe un régimen de consecuencia, pues cómo usted toma una medida correctiva de actos de esas envergaduras, sin que se mencione a quien o quienes los cometieron.
Dijo que bastaba el rumor público contra la seriedad de algún funcionario, para que este tuviera que probar su inocencia y que de lo contrario lo cancelaría, pero siguen las denuncias de nepotismo, del mal uso de los recursos públicos, de opacidad en el manejo de recursos mineros, sin que hasta el momento se produzca la acción de la Justicia en estos ni en otros demostrados casos de corrupción cometidos en el anterior gobierno.
Ha dicho que se mantendría la cantidad de vice ministros que por ley puede tener cada ministerio, en muchos casos la ha reducido, pero sólo cambiando la categoría de éstos y devengando el mismo sueldo, una forma velada de momillas partidarias y de prebendalismo. De esta manera se mantiene el dispendio de los recursos públicos que es lo mismo decir el mantenimiento de una de las tantas formas de la corrupción y de la poca transparencia en el manejo de la cosa pública.
Hace gestos estimulantes en las relaciones con Haití, pero en la repartición de cuotas de poder a partiduchos aliados, mantiene la importante Dirección de Migración en manos de un grupúsculo nazi/xenófobo, que en convivencia con la Junta Central Electoral mantiene en un limbo jurídico e inhumana muerte cívica, a miles de nacionales dominicanos de origen haitiano, un hecho aberrante que nos ha costado justificadas condenas jurídicas y morales en organismos internacionales.
En ese estado de ambigüedad e indefinición ha discurrido la presente gestión, en ese contexto es que se recurre a golpes de efectos con tintes "nacionalistas" para ampliar su base de apoyo, lo cual podría ser caldo de cultivo para instaurar un neopopulismo de derecha, que ignore el reclamo nacional de que en nuestro país se establezca un régimen de consecuencia que termine con el sistema de impunidad que protege a los desfalcadores del Estado y que se establezca el estado de derecho, la institucionalidad democrática y los derechos políticos, económicos y sociales fundamentales.
A veces, parafraseando a Bauman, el nacionalismo se presenta como una forma de racismo de los intelectuales y también, a veces, el racismo es el nacionalismo de las masas, ese fenómeno se ha presentado muchas veces en la Historia. Expresiones de esa relación no es difícil encontrar en la sociedad dominicana.
Finalmente, en términos políticos, es tiempo de que aprendamos a distinguir la esencia de la forma. De separar la paja del trigo.
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