No obstante, también existen fuentes vegetales que contienen el escualeno, como el salvado de arroz, el germen de trigo o las aceitunas. Por lo tanto, algunos productos derivados, como es el aceite de oliva virgen, disponen de un alto contenido de escualeno, por lo que su consumo favorece la prevención y tratamiento del hígado graso.
Con la finalidad de conocer los efectos del escualeno en el tratamiento y prevención del hígado graso, el CIBERobn llevó a cabo este estudio, en el que han quedado demostradas las propiedades de este compuesto para evitar o frenar la patología.
La esteatosis hepática es una enfermedad caracterizada por la acumulación de grasa en el hígado. Dada la dificultad que entraña investigar esta enfermedad y el efecto de tratamientos dirigidos a mejorarla en sujetos humanos, los autores han elegido un modelo animal, ratones, con esteatosis hepática no alcohólica, también denominada hígado graso no alcohólico, para estudiar los resultados.
Cómo actúa el escualeno
«Los roedores eran machos homocigotos ApoE-ko de dos meses de edad y criados en la Unidad Mixta de Investigación de la Universidad de Zaragoza. Los ratones fueron divididos en 2 grupos, el grupo control y otro al que se le administró bebida con un 1% de escualeno en solución de glicerol durante un período de 10 semanas. Así, para conocer los efectos del escualeno sobre las proteínas mitocondriales en hígado graso, se les administró una dosis de 1 g/kg/día de esta sustancia», explica el doctor Osada.
«Los roedores eran machos homocigotos ApoE-ko de dos meses de edad y criados en la Unidad Mixta de Investigación de la Universidad de Zaragoza. Los ratones fueron divididos en 2 grupos, el grupo control y otro al que se le administró bebida con un 1% de escualeno en solución de glicerol durante un período de 10 semanas. Así, para conocer los efectos del escualeno sobre las proteínas mitocondriales en hígado graso, se les administró una dosis de 1 g/kg/día de esta sustancia», explica el doctor Osada.
Tras la finalización del período experimental, se evaluó la grasa hepática y se analizaron los extractos proteicos de fracciones enriquecidas en mitocondriales de los dos grupos de roedores.
«Nos permitió comprobar cómo el escualeno modifica la expresión de 18 proteínas involucradas en diferentes procesos metabólicos, 12 asociadas con el contenido hepático de grasa. Algunas de las cuales previenen la acumulación de triglicéridos o ejercen importantes funciones en el catabolismo de los ácidos grasos», añade el investigador del CIBERobn.
Este análisis permitió además identificar nuevos marcadores proteicos que se correlacionaron directamente con la mejora de la esteatosis tras la administración de escualeno. De acuerdo con los resultados obtenidos, en los ratones a los que se había administrado este hidrocarburo, se produjo un aumento de expresión de proteínas cuya variación en presencia de hígado graso se asocia con efectos beneficiosos del escualeno.
La alimentación, clave para el hígado
El hígado graso es una afección caracterizada por la acumulación de grasa en el hígado y es la enfermedad hepática crónica más común en el mundo occidental. En estos casos, una selección adecuada de alimentos y complementos nutricionales favorece la recuperación de los hepatocitos, las células hepáticas, y hasta puede conseguir que el trastorno revierta, según la fase de desarrollo. Una alimentación adecuada es clave para combatir esta enfermedad. Hay que apostar por una dieta con más fibra, sin azúcares simples, menos grasas malas y nada de alcohol. Además, los ácidos grasos omega-3 están considerados los protectores del hígado.
El hígado graso es una afección caracterizada por la acumulación de grasa en el hígado y es la enfermedad hepática crónica más común en el mundo occidental. En estos casos, una selección adecuada de alimentos y complementos nutricionales favorece la recuperación de los hepatocitos, las células hepáticas, y hasta puede conseguir que el trastorno revierta, según la fase de desarrollo. Una alimentación adecuada es clave para combatir esta enfermedad. Hay que apostar por una dieta con más fibra, sin azúcares simples, menos grasas malas y nada de alcohol. Además, los ácidos grasos omega-3 están considerados los protectores del hígado.
Al contrario de lo que habitualmente se piensa, ésta es una enfermedad que también se desarrolla en personas que no se exceden en el consumo de alcohol y puede derivar en otras afecciones más graves como la esteatohepatitis, con tendencia a desembocar en una cirrosis hepática. Entre las principales causas del hígado graso en el mundo desarrollado se encuentran las alteraciones del síndrome metabólico como, por ejemplo, la diabetes de tipo 2, la obesidad o la hipertensión arterial.
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