Cuando encuentres tinieblas ante ti, no las maldigas; al contrario trata de encender una luz.
Cuando alguien se equivoca, no lo condenes ni lo ataques, enciende una pequeña luz delante de él con tu ejemplo.
No existe nada mejor para ayudar a los otros que mantener nuestra luz encendida; nuestro ejemplo servirá de farol para guiar al prójimo y mostrarle el camino.
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