Por Juan Tomas taveras
A propósito de los pronunciamientos del Ministro de Interior y Policía, cabe decir que nada descarta que su intención sea la de traer un tema nuevo, buscando desviar la atención del debate del 4% a la educación, que es lo que más interesa, prioriza y conviene a la población en este momento, pero que al gobierno no le importa. Ya que estoy más que seguro de su desinterés por el fortalecimiento de la institución policial y mucho menos, le interesa mejorar la calidad de vida de los policías ni meter preso a los jefes corruptos, con sus cómplices, dicho incumbente ha visto pasar a cuatro jefes de policías, con ninguno ha logrado consensuar nada a favor, pero tampoco ha intentado fiscalizarlos.
Está claro que su único propósito es buscar beneficios de las compras y el préstamo que ha manejado y aspira a seguir manejando, tal es el caso del préstamo en curso de 160 millones de dólares. Para ilustrarlos mejor, recordarles las irregularidades en compras de los Ford focus, Harley Davidson, los alcoholímetros y otros vehículos, cuando ha rendido cuenta al país de su gestión de gastos, ingresos y egresos.
Que predique con el ejemplo, renunciando a su escolta, auditando sus nóminas y excluyendo las tantas botellas y puestos innecesarios sean civiles, militares o policías. Porqué él mismo no audita los recursos humanos de la institución, los departamentos que reciben recursos, nada se lo impide, el es el presidente del Consejo Superior Policial, debo aclarar que objeto que él forme parte de dicho consejo, es un personaje de doble moral, solo busca distraer en la Policía su fracaso y del gobierno actual en la prevención y control del crimen, frente a lo cual es quien tiene mayor responsabilidad y el poder político.
Reconozco que es mucho lo que puede hacer un jefe en organizar y trasparentar la institución policial, ahí puedo decir que es fácil regularizar el asunto de los recursos humanos policiales, pero de ahí a resolver el problema de narcotráfico, de crimen organizado, de inseguridad en general, es una quimera, pues todos sabemos que estos flagelos, son consecuencia de las malas políticas públicas de los gobiernos, y en esto la Policía ni los jefes tienen nada que hacer, solo que una u otra recomendación y siempre se han hecho. La institución está obligada a reformarse, redefinirse, a desmilitarizarse, a ganar la confianza, a conquistar el apoya de la ciudadanía y aun logrando eso, necesita contar con la sinergia de toda las instituciones del Estado y de toda la población en general.
El ministro maneja aproximadamente 500 millones al año para planificación y educación de policías, además se suman 160 millones destinados por la policía. Yo le pregunto ¿dónde están los resultados de esos recursos? Señor ministro, si tiene capacidad presupuestaria, capacidad legal, capacidad política y jerarquía para auditar la Policía, migración y todos lo ayuntamientos del país, por qué no lo ha hecho, porqué no le interesa, déjese de simbolismo y retórica, asuma su responsabilidad de gestión, ya va a cumplir 7 años en su cargo, por qué no lo hizo antes, porqué no lo hace ahora. Que también se refiera a los recursos humanos de las instituciones castrenses, ya que en un 90% de sus miembros hacen tareas de seguridad ciudadana, sin ninguna capacitación adecuada y nadie los fiscaliza. Porqué no ha tomado en cuenta las diferentes propuestas y demandas ciudadanas, los estudios publicados colocan a la inseguridad y la corrupción, como algo que va de la mano y en primer orden.
Hace 7 años publicamos nuestro libro que, no es más, que una propuesta para la transformación de nuestra organización policial, a través de la comunitarización y democratización. Se resume en ocho aspectos importantes, que hemos mencionado en varias ocasiones, y que precisamente enfoca como resolver el problema. Lo citamos una ves más:
Conocimiento, respeto y cumplimiento estricto de la constitución, de la ley orgánica y demás leyes.
Selección e ingreso riguroso y estricto de los recursos humanos.
El establecimiento de un sistema de educación y capacitación estructurado en la filosofía comunitaria (con participación ciudadana, rol preventivo y mediador) y en la actualización del nuevo ordenamiento jurídico en su papel de Policía Técnico-judicial. Estableciendo Doctrina policial.
La depuración, clasificación y redistribución por especialidad de los recursos humanos.
Hacer estables y permanentes en sus puestos a los policías especializados, en el desempeño de las diferentes funciones, con evaluaciones constantes a cada miembro.
Mejorar la calidad de vida de los policías, a través de una seguridad social integral y de mayor presupuesto institucional con salarios más adecuados, que alcance para la canasta familiar y otros.
Establecer un sistema de fiscalización y evaluación de gestión de cada miembro, con seguimiento físico, mental, ético y moral.
Manual para el desempeño de funciones y uso de formularios.
Fortalecer el servicio de patrullas en la calle, a pie, montada (caballo y bicicleta) y en diferentes tipos de vehículos de motor, incluyendo unidades aéreas y acuáticas, aplicando la comunitarización (acción proactiva) y territorialización (delimitación de áreas).
Establecer un sistema de gestión de información y análisis, uso de la criminología.
Ampliar y consensuar las políticas de seguridad pública enfocándose en las persona.
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