Una nueva escalada de agresiones del gobierno de Estados Unidos se gesta contra Cuba a partir de una campaña de prensa que pone énfasis en un supuesto clima de violencia y represión dentro de nuestro país.
El momento no es casual, se escoge un escenario particularmente convulso en Europa y el mundo árabe, en especial por el desarrollo de los acontecimientos en Libia y Siria.
La actual cruzada generada desde
Las presuntas mujeres “reprimidas” son las autotituladas Damas de Blanco, cuyo aval al servicio de los intereses de una potencia extranjera es conocido, al igual que las sumas de dinero que reciben de grupos terroristas que sufragan sus planes provocadores.
Estas mercenarias del imperio, a quienes se quieren presentar como “pacíficas” y “maltratadas”, entran en el esquema de la estrategia de
Al carecer ya de motivos y además, al salir del país la casi totalidad de las integrantes de este grupúsculo, han recurrido ahora a comprar el apoyo de ciudadanas con conductas antisociales, quienes al final a lo que aspiran es a un aval que les permita obtener un visado para emigrar.
Su accionar en estos casos se produce de forma regular tras una visita a
La masacre al pueblo libio, perpetrada por
El pasado 23 de agosto la congresista de origen cubano Ileana Ros-Lehtinen, presidenta del Comité de Relaciones Exteriores de
Incluso, en sus excesos y desvaríos llegó a más: expresó que las mismas “naciones democráticas” que apoyan a los que alientan revueltas para derribar gobiernos en Oriente Medio y África tienen que respaldar a la “oposición” dentro de Cuba.
La congresista federal es la misma que con anterioridad se congratuló por la inclusión de nuestro país en la espuria lista que cada año emite el Departamento de Estado sobre presuntos patrocinadores del terrorismo, pues, según ella, esto pone de relieve “la grave amenaza” que representa Cuba para la seguridad estadounidense y de la región.
Con el respaldo del gobierno norteamericano y sus Servicios Especiales, se amplifican las provocaciones de estas mercenarias.
Para ello reiteran noticias falsas en diferentes medios de prensa. Son acciones que forman parte de operaciones de la llamada guerra psicológica, utilizada por
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