UNA
IRREVERANCIA PENTAGENARIA, A PROPÓSITO DE LOS 50 AÑOS DEL GOLPE A JUAN BOSCH
Por Juan Francisco Zapata Peralta
Muchas son las opiniones que hemos visto publicadas en estos
días
con respecto a las razones del golpe de Estado al profesor Juan Bosch, el 25 de
septiembre de 1963 hace, exactamente, 50 años. Unos postulan a favor de las
ejecutorias del natimuerto proyecto presidencial, ejemplo de una visión
socialdemócrata en el subcontinente latinoamericano; otros defienden con
vehemencia el ensayo de la democracia castrado con la interrupción de este plan
de gobierno de la única institución política de nuestro país que se atrevió a
enfrentar al dictador Trujillo.
Muy pocos se atreven a
escribir, o a hablar de un conjunto de acciones que delataban a Juan Bosch con
su desapego a las lides de la administración de la cosa pública: A don Juan no
le interesaba permanecer en el poder, ni nunca le aspiró, posteriormente volver
al poder; lo que él quería era mantenerse en el espectro político, literario y
cultural nuestro, y la política era el mejor medio.
La excusa de evitar un
derramamiento de sangre que urdió al momento de preguntársele qué hacer ante la
derrota es la muestra más elevada de su no intencionalidad de mantenerse en el
poder. Es bueno recordara a las nuevas generaciones que ya Juan Bosch sabía de
lo que se estaba gestando en su contra, el coronel Rafael Tomás Fernández
Domínguez se lo había advertido y, al no darle las reales instrucciones, el
coronel se aventuró en los movimientos por la Vuelta a la Constitucionalidad;
para una muestra, léase Cartas a Letty, del coronel Rafael Tomás Fernández
Domínguez. Un análisis a la obra del Encargado de la Legación Diplomática de
los Estados Unidos, John Barthlow Martin: The Dominican Fate, (El Destino
Dominicano) donde a pesar de la condición de súper mentiroso de este
diplomático, los datos oficiales que en esta obra se manejan, no pueden ser
obviados por una mentira vulgar.
Otra opción para entender el
por qué el profesor Juan Bosch no tenía la intención de estar en el sóleo
presidencial es un reclamo que se le hizo en México de no haber invitado
personas muy de cerca a la toma de posesión y él abierta y públicamente
contestaba, ¿Y usted cree que me dejarán llegar?.
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