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5 de julio de 2013

Modificación del Código Laboral y aumento salarial

Todos estos días se ha estado hablando de una modificación al Código Laboral y de las negociaciones entre la Confederación Patronal de la República Dominicana (COPARDOM) y la Confederación Nacional de Unidad Sindical (CNUS). La primera ha reiterado que los miembros de esta entidad mantienen la oferta de aumentar un 11% al salario mínimo del sector privado. Por su parte, los trabajadores demandaban un 30% y estaría dispuesta a bajar un 20% si solo es por un año.
Por Antonio Luis Ramos (El autor es Ingeniero Industrial, maestro y articulista de eljinchaito.net)
La modificación al Código Laboral, propuesta por el empresariado nacional viene a ser una cortina de humo al tema del aumento salarial. Los trabajadores dominicanos no deben dejarse distraer. Esto de la modificación quizás ni se dé, se podría estar haciendo con el propósito de llamar la atención. No se puede postergar algo que, a mi juicio, es inminente. El salario de los trabajadores debe ser revisado; la fuerza laboral no aguanta tantos impuestos y tantos desajustes.
Respecto a esta propuesta me he planteado las siguientes interrogantes:
¿Para qué proponen los empresarios modificar el Código laboral? ¿Para beneficiar a los trabajadores? ¿Para incrementar el salario? ¿Para que los obreros tengan un buen seguro de salud? ¿Para que la ley 87-01 se cumpla a cabalidad y los trabajadores puedan disfrutar de sus beneficios? ¿Para que el dinero que va a la TSS sea bien invertido y esos fondos no vayan a parar en los bolsillos de algún funcionario? De seguro que no es para promover mejores condiciones de vida de la clase trabajadora.
Ahora bien, las cosas no parecen caminar por esos rumbos, pues resulta que quienes promueven una modificación al Código Laboral lo que están buscando es todo lo contrario. Quieren abaratar, por todos lados, los gastos y están tratando de chantajear al presidente Medina.
Recientemente escuchamos declaraciones del presidente de la Confederación Nacional de Unidad Sindical (CNUS), Rafael Abreu de que el empresariado dominicano está pidiendo que se les exonere del pago de la cesantía laboral. De esta forma no tendrían que pagar cuantiosas sumas de dinero cada vez que hagan despidos masivos o cada vez que despidan a un empleado. La cesantía es la indemnización que el empleador debe de pagar al trabajador en caso de terminación del contrato laboral por tiempo indefinido, cuando las causas sean ajenas a la voluntad del trabajador. Esta reivindicación la obtuvo la clase trabajadora en la Ley 16-1992 a través de constantes luchas.
El empresariado dominicano, en declaraciones hechas por su presidente, la señora Ligia Bonetti de Valiente, alega que la economía debe activarse y que en los últimos 10 años se han perdido más de 100 mil empleos. Además, sostiene que los inversionistas temen invertir por este impedimento.
Estas reivindicaciones que menciono son razonables y hasta necesarias y Si esto fuera lo que se buscara estaría perfecto y podríamos decir “que se va hacer lo que nunca se ha hecho”. El gobierno tiene un reto. Debe de definir su posición, o es un lacayo del empresariado o si es un gobierno que en verdad quiere y tiene las intenciones de favorecer a la población dominicana y en caso específico a los trabajadores nacionales. Considero que es un deber del estado mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos.

Ojalá que las autoridades dominicanas no caigan en la trampa y cumplan lo que en reiteradas ocasiones han dicho: “No haremos nada que vaya en perjuicio de la clase trabajadora”. No estamos en China. Los empresarios no pueden venir a querer implementar o sugerir sistemas que funcionan en otros países. En otros contextos totalmente diferentes. Somos un país subdesarrollado. Eso debe de ser entendido por el empresariado y el gobierno. Este país necesita una cambio en la la economía, un nuevo aire y no es modificando leyes o quitándoles reivindicaciones que lo que hacen es atrasar y sucumbir más en la pobreza y la indigencia a los ciudadanos. Recuerden lo que hizo el magnate de los autos, Henry Ford, que después de la depresión de 1929. La economía no se arregla a costa del sacrificio de los trabajadores. La economía no se reactiva quitándoles derechos a quienes se lo han ganado con lucha y sacrificios. A los empresarios que activen la economía con medidas que favorezcan a la nación.

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