Cuando un político promete algo, y después hace otra, se espera que nos podamos quejar al respecto. Similarmente, si vemos una película, o leemos un libro, o visitamos un blog, y no estamos de acuerdo con el autor, se acepta como normal el poder criticar la obra.Sin embargo, por alguna razón misteriosa, este derecho innato de opinar parece desaparecer a la hora de uno querer criticar la religión.No se apresuren en los comentarios a acusarme de ateo, impío, degenerado, sinvergüenza, o persona baja y sin moral, pues al hacerlo simplemente contribuirán a darle mas fuerza a los argumentos que quiero expresar en estas lineas.Por ejemplo, con artículos como este en eliax, yo ejercito mi derecho de decir lo que pienso, pero muchos toman el hecho de criticar a una entidad atada a la religión como un "oh no, eso no se debe hacer, ese es el límite hasta donde se puede criticar".Muchos literalmente piensan que los que critican a una entidad como la Iglesia irán a quemarse a un infierno.Piensen en eso por un minuto: Ir a un infierno por uno simplemente decir lo que piensa, por expresar lo que uno cree correcto.Algo preocupante de esto es que la gente asocia a entidades como la Iglesia a significar "Dios", de tal manera que le atribuyen carácter de Dios a la misma Iglesia, cuando tenemos centenares de ejemplos de errores que la Iglesia (y otras entidades en otras religiones) han cometido, sin ser cuestionados por millones de creyentes en su momento.El ejemplo clásico: La Inquisición. Otro ejemplo: El no permitir que mujeres tengan los mismos derechos que el hombre dentro de la Iglesia. O el prohibir el uso de condones. O el no permitir que los sacerdotes se casen. O el rechazo hacia las personas homosexuales.La lista es larga, y estoy seguro que muchos lectores no estarán de acuerdo con algunas de las cosas del párrafo anterior, y otros sí, pero de eso se trata, de que uno pueda expresar su opinión y además entender que la palabra de estas entidades no es absoluta ni una única verdad incuestionable. Estas son personas que cometen errores porque son humanos, y debido al hecho de que son humanos es que no podemos creer todo lo que nos dicen y debemos poder cuestionar muchos de sus actos.Por favor no confundan este artículo con un ataque a las instituciones religiosas, sino como un llamado al uso de la razón en el tema de libertad de expresión.Lo que me preocupa mas de esto es que estamos educando a las generaciones jóvenes a vivir una vida de aceptación (o mas bien, sumisión) moral ante personas que obviamente tienen sus propias fallas morales, y que lo hagan sin poder cuestionar a tales personas.Nadie debería tener miedo de ir a un infierno, o de ser castigado, simplemente por el hecho de cuestionar a un sacerdote o el mismo Papa, personas que al final del día son simples seres humanos al igual que todo el resto de nosotros.Si tenemos un cerebro, y una mente con la cual pensar, se supone que está ahí para que le demos uso. No la desperdicien asumiendo que otras personas, que de paso ya tienen un historial bastante dudoso moralmente, sean los que decidan por ustedes. No se preocupen, no irán al infierno por ello...
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