La tradición dominicana a veces es tajante: Semana Santa sin habichuelas con dulce no es Semana Santa; así de sencillo. Y hay algo irrefutable: el estómago dominicano parece haber sido creado de manera exclusiva para poder comerla; pero, lo que la mayoría ignoran es cuánta calorías contiene una taza de ellas.
Las habichuelas con dulce son deliciosas para el paladar de la mayoría de los dominicanos; eso, aunque pueden provocar una revolución en el intestino de cualquier “habichuela-habiente”; pasando de una realidad dentro del organismo hasta lo que puede provocar, ya convertido en gases, fuera del mismo. “Las habichuelas con dulce son consideradas un terrorismo alimenticio que ha provocado la separación de más de un matrimonio, puesto que cuando esas habichuelas se "abomban" en el estómago...no hay ventanas abiertas ni abanicos a que valgan”, han definido la gente en el Diccionario Libre.
Entonces, ¿no es un mito que las habichuelas con dulce es un plato prácticamente, ‘kamikaze’... casi la bomba de Hiroshima gastronómica y criolla? No, no lo es. Pero no es algo propio de las habichuelas con dulce. Está comprobado que, algunos de los alimentos más saludables - habichuelas, brócoli y otros granos - tienden a causar gases. Eso, porque las propiedades mágicas gasificadas de las habichuelas vienen de las grandes cantidades de azúcar dentro de ellas. Como los humanos no tienen las enzimas necesitadas para digerir estos azúcares, dejamos la tarea a los residentes bacteriales del colon. La bacteria se alimenta de los azúcares complejos hallados en las habichuelas, lentejas y muchos otros alimentos saludables, produciendo gas como un subproducto.
Pero, sucede, que los gases son mayores en las habichuelas con dulce que en la saladas. Imaginen, sólo hay que mencionar algunos ingredientes que se le añaden en la receta: leche evaporada, de coco, a veces condensada; pasas, mantequilla, batatas y muchos hasta chocolate le echan. Sin duda, para destruir un edificio, y sin necesidad de explosivos.
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