REACCIÓN
El DR-Cafta ha evidenciado la falta de competitividad
ANDRÉS VANDERHORST RECONOCE QUE HAY TEMAS BÁSICOS PENDIENTES
A pesar de que desde mediados de los años 60 el Estado ha otorgado grandes cantidades de incentivos, sobre todo fiscales, la estructura productiva desde hace más de 50 años se ha forjado sobre una estrategia de protección en un mercado muy angosto, lo cual no permitió el desarrollo de una cultura exportadora, no solo para competir con Estados Unidos, sino también con países centroamericanos que en muchos v atracción de inversión extranjera, entre otros, se han verificado positivamente en la economía, apuntó.
Vanderhorst emitió sus consideraciones al comentar el trabajo publicado en esta sección de Economia & Negocios el pasado miércoles con el título Retos presentes y futuros de República Dominicana, en el cual se alerta sobre el fin del desmonte de las canastas “C” y “M” en el año 2015, que elimina los aranceles a cero por ciento a los productos y subproductos industriales, como parte de los compromisos del DR-Cafta.
Reto El reto, a juicio de Vanderhorst, estará en aprovechar este escenario para enfocarse en resolver tres problemas básicos “que, para mí, afectan la competitividad, sobre todo de las empresas más vulnerables”, indicó.
El director del CNC asegura que las pequeñas empresas no fueron lo suficientemente defendidas ni estuvieron representadas en las negociaciones, no solo del DRCafta, sino en ninguna de las anteriores o posteriores negociaciones, a pesar de que las Pymes representan más del 80% de las empresas nacionales.
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LOS TRES GRANDES PROBLEMAS EN RD
Vanderhorst indica que en primer lugar y como problema de corto plazo hay que resolver el suministro eléctrico, no solo en término de costos, eficiencia en mecanismos de comercialización y la calidad del servicio, sino para desarrollar fuentes de energía renovables que permitan reducir en el largo plazo la dependencia de los combustibles fósiles.
En segundo lugar, urge repensar la estructura económica actual, revaluar si es sostenible y comercialmente seguir con la política cambiaria, y repensar si la actual institucionalidad fiscal propicia la formalización y posterior capacidad competitiva de las Pymes; o si genera la informalidad que impide elevar los niveles de productividad que les afectan.
En tercer lugar, el problema que más afecta la capacidad productiva y competitiva de las empresas es la falta de capacidad innovadora, por la baja inversión en la educación, pero sobre todo los bajos niveles de competencias laborales que tiene la mano de obra dominicana. Insta a no dejar de lado temas relevantes como la poca capacidad de financiamiento para las Pymes y las grandes industrias, mejorar el clima de negocios o entornos de inversión.
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