Aquí 5 señales con las que demuestran que la juventud se está agotando:
1. Te llaman ‘señor’
Suena simple, pero no lo es. Cuando un desconocido se refiere a ti, ya no como ‘joven’, ‘amigo’, ‘señorito’ (gracias a todos los cielos que ya no te dirán así), sino como Señor, simple y llanamente, es entonces cuando el umbral de la adultez está sobre ti y, al poco tiempo, ya no habrá vuelta atrás. Quizás la prueba más sincera son los niños, ellos nunca mienten y te dirán lo que creen que eres, y si te ven como una figura de autoridad, probablemente ya no seas tan joven como creías ser.
2. Eres un copiloto insoportable
Seguro cuando recién aprendiste a conducir te parecía una tortura tener a uno de tus padres en el asiento del copiloto alterados ante cualquier acción que hacía o dejabas de hacer (frases gritadas como: ¡frena! ¡Pon la señal de cruce! ¡Cuidado con el carro, con la moto, con el peatón, con el otro carro! ¡Frena! ¡FRENA! Estarán siempre en nuestra memoria).
Pero ahora basta que te toque ser el copiloto en el auto de un amigo/a que no maneja con mucha prudencia. Tu mano no se soltará del agarrador y estarás tan alterado que no podrás evitar imponerle indicaciones al conductor, como si se tratase de tu propio hijo. Y te despreciarán un poco por eso.
3. Presencia de los ‘Nuncas’
Cuando eras realmente joven nunca sentías molestia por nada, nunca te había dado acidez, nunca habías tenido necesidad de comer más fibra, nunca te habías percatado de un dolor corporal agudo, nunca te habías preocupado por la dieta, nunca, nunca, nunca….
4. Prestas atención a las noticias… todos los días
Las noticias eran lo que comentaban nuestros padres, su lectura diaria del periódico, lo que hablaban los adultos… Es decir, lo que menos nos importaba. Pero, de un tiempo para acá, no hay día que pase que no compres el periódico, que sintonices la estación de radio noticiosa, que antes de dormir pongas la emisión estelar. Y, sí, cada vez hablas más con tu amigos sobre la actualidad política.
5. Ahora eres selectivo con las bebidas alcohólicas
Antes no importaba si era una botella llamada “Botella de (inserte el nombre del licor de tu preferencia)”, mientras fuera lo más barato y que te diera una borrachera de las buenas en poco tiempo. Ron, vodka, canelita o anís, cualquiera era bienvenida. … todo ha cambiado. Ahora ya sabes qué marca le “cae mejor” a tu organismo. Qué licor no puedes –ni siquiera- oler. Que lo barato sale caro sobre todo por los analgésicos que debes comprar al día siguiente para el dolor de cabeza. Y eso de mezclar Coca-Cola o con Whisky es un verdadero sacrilegio.
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