Esta semana me faltan las fuerzas para escribir. Con toda el alma se lo digo. No he podido soportar ver las imágenes de los buldózeres recogiendo, como desperdicios, los cuerpos de millares de seres humanos en las calles de Puerto Príncipe, Haití, para depositarlos, como si nada, en una fosa común.
Quise redactar esta Trinchera sobre el curso de los acontecimientos en la vecina nación. Pero no logro hilvanar las ideas. No alcanzo a ordenar los pensamientos. No puedo concentrarme. Me ha chocado con tan demasiadísima fuerza esta tragedia que ha roto en mil pedazos mi corazón. No he tenido, ni siquiera, paz interior desde que ocurrió.
Son muchas las lágrimas derramadas en silencio. La impotencia me arropa. Tantas vidas tronchadas, tanto desastre, tanta desolación, tanta tristeza ¡y sin poder hacer gran cosa!
Fue como me decía mi querida amiga Rosa Maria, poeta y profesora, cuando le pedí escribiera unos versos sobre Haití: Félix, y con que fuerzas? He llorado tanto en estos días que no me quedan energías para concentrarme a escribir nada, y mucho menos un poema”. La comprendí de inmediato. Yo también me he sentido igual. Por eso apelo este sábado a Mario Beneddetti para regalarle esta entrega. No tiene nada que ver con lo ocurrido en el hermano pueblo, pero contiene un mensaje preciosísimo. Se titula “DESDE LOS AFECTOS”:
¿Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo?
Que uno tiene que buscarlo y dárselo...
Que nadie establece normas, salvo la vida...
Que la vida sin ciertas normas pierde formas...
Que la forma no se pierde con abrirnos...
Que abrirnos no es amar indiscriminadamente...
Que no está prohibido amar...
Que también se puede odiar...
Que el odio y el amor son afectos...
Que la agresión porque sí, hiere mucho...
Que las heridas se cierran...
Que las puertas no deben cerrarse...
Que la mayor puerta es el afecto...
Que los afectos, nos definen...
Que definirse no es remar contra la corriente...
Que no cuanto más fuerte se hace el trazo, más se dibuja...
Que buscar un equilibrio no implica ser tibio...
Que negar palabras, es abrir distancias...
Que encontrarse es muy hermoso...
Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida...
Que la vida es parte del sexo...
Que el por qué de los niños, tiene su por qué...
Que querer saber de alguien, no es sólo curiosidad...
Que saber todo de todos, es curiosidad mal sana...
Que nunca está de más agradecer...
Que autodeterminación no es hacer las cosas solo...
Que nadie quiere estar solo...
Que para no estar solo hay que dar...
Que para dar, debemos recibir antes...
Que para que nos den también hay que saber pedir...
Que saber pedir no es regalarse...
Que regalarse en definitiva no es quererse...
Que para que nos quieran debemos demostrar qué somos...
Que para que alguien sea, hay que ayudarlo...
Que ayudar es poder alentar y apoyar...
Que adular no es apoyar...
Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara...
Que las cosas cara a cara son honestas...
Que nadie es honesto porque no robe...
Que cuando no hay placer en las cosas no se está viviendo..
Que para sentir la vida hay que olvidarse que existe la muerte...
Que se puede estar muerto en vida..
Que se siente con el cuerpo y la mente...
Que con los oídos se escucha...
Que cuesta ser sensible y no herirse...
Que herirse no es desangrarse...
Que para no ser heridos levantamos muros...
Que sería mejor construir puentes...
Que sobre ellos se van a la otra orilla y nadie vuelve...
Que volver no implica retroceder...
Que retroceder también puede ser avanzar...
Que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol...
¿Cómo hacerte saber que nadie establece normas, salvo la vida?
¡Seguimos en combate!
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