Recientemente un comunicador preocupado por la situación alarmante del crimen organizado me preguntó lo siguiente: ¿es saludable que oficiales militares o policiales pretendan o procuren dirigir el proceso de investigación que se sigue a compañeros de armas por crímenes como asociación de malhechores, asesinato, narcotráfico y lavado de dinero, más aún cuando en algunos casos...ha quedado comprobado que delincuentes persiguen a delincuentes?
Lo cierto es que su pregunta es un tema para escribir una tesis, pero puedo decirle que nuestras instituciones son muy débiles y en casi su totalidad están ausentes la institucionalidad y la definición clara de los roles que deben cumplir sus gestores, los funcionarios públicos en general electos o designados le importa un bledo sus responsabilidades, sólo piensan y trabajan para llevarse lo suyo, (enriquecerse a como dé lugar) sin pensar en las consecuencias para sociedad y el futuro promisorio de las generaciones venideras.
Siendo éste el ejemplo de los políticos que dirigen el Estado, para las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, en los momentos actuales, los que ocupan posiciones de mando en todas las agencias y áreas de investigaciones e inteligencia están comprometidos con el mal o sea son parte del crimen organizado (narcotráfico, lavado, evasión y demás delitos) con escasas excepciones que no los excluye porque en cierta forma lo son por omisión. A los funcionarios se les paga para cumplir y hacer cumplir la ley y deben dar el ejemplo al resto de la sociedad, por eso la ética y la moral les exige jurar públicamente.
En esas circunstancias es de ignorantes, ingenuos o ilusos creer que “el gato cuide el queso o el lobo la oveja”, con lo que está pasando en éstos momentos, ningún incumbente toleraría una depuración e investigación profunda por un organismo serio, y lo más grave de todo, es que excluyen a los que tienen la moral y la ética para hacerlo, debiendo ser estos lo que formen las policías de los policías llamados Asuntos Internos y que lamentablemente aquí no han funcionado porque se han seleccionados recursos humanos contaminados para formar dicho organismo. Y éstos son los llamados a prevenir o evitar con profilaxis serias, que los miembros de las instituciones policiales y castrenses cometan o se involucren en crímenes y delitos. He ahí la razón del deterioro de las instituciones uniformadas.
Pero luego de que sucedan los hechos criminosos en donde se presuma que estén involucrados policías o militares la investigación es ajena a los organismos castrenses y policiales sólo debiendo colaborar a requerimiento de la justicia fiscales y jueces, a quienes les corresponden de acuerdo a los códigos dirigir y supervisar las investigaciones.
Debo aclarar que los miembros policiales que pertenecen a la policía judicial o investigativa es un porciento mínimo y estos son los que deben trabajar junto a jueces y fiscales en las investigaciones, por lo que deben ser expertos en la materia y conocedores de la criminalista, la criminología, sicología jurídica, entre otras.
Estos roles no se han definido bien en las instituciones del sistema de justicia, lo mismo pasa entre militares y policías necesitamos despolicializar los militares y desmilitarizar los policías, haciéndolos democráticos, civilistas y comunitarios. En cuanto al resto de los policías ( 95 porciento aproximadamente) a los que se le llama policía administrativa o preventiva, son también parte del sistema de justicia pero en la prevención y control social, garantizando la misión de funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, debiendo estar especializados y conocedores de los códigos, leyes y derechos humanos entre otras, además deben preservar la paz y sobre todo estar conscientes al servicio de los habitantes trabajando a favor de la democracia y las libertades, no de los grupos de poder y del estado, como sucede actualmente.
El ser consciente de de esta situación, es lo que me compromete a seguir defendiendo la institucionalidad, la justicia, el bien común, los derechos y libertades de mi pueblo. Les invito a que en este año 2010 nos comprometamos a cambiar nuestro país y ejercer el derecho al voto por candidatos y candidatas honestos que sean verdaderos representantes de los mejores intereses de la colectividad.
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