Sembradores de Odio en El Municipio de Licey

Por: William Genaro López

En los últimos años, la Republica Dominicana ha comenzado a sufrir los efectos de la globalización, no sólo en el sentido general de la economía, sino de todas las lacras socioculturales y políticas que evidencian más que progreso y bienestar para nuestra sociedad; el desarrollo involutivo que se manifiesta en la inoperancia institucional, la quiebra total de nuestros principios éticos y morales, la desarticulación acelerada de nuestra formación familiar, generadora de todos los males que afectan a las sociedades civilizadas.

Observamos como nuestras débiles instituciones son permeadas por las fuerzas políticas partidarias y por capitales y capitalistas de reputación dudosa. Las leyes y normativas que se establecen, son las reglas de juego en los países de principios democráticos y deberían por respeto a quienes la originaron ser objeto de cumplimiento sin excepciones; sin embargo hemos llegado a un punto muerto, donde el dinero es capaz de proponerse comprar hasta la gracia de Dios.

Solamente en un país donde no se respetan las instituciones, los ciudadanos se convierten en esclavos de la anarquía y los que generan poder cometen todas las perversidades que se les antojan en perjuicio de las mayorías.

Aquí, en estos últimos años, una considerable cantidad de ´´empresarios´´ se ha lanzado con ímpetu a explorar nichos de nuevos negocios tales como: bancas de apuesta, moteles, torres comerciales, discotecas, colmadones, envasadoras de Gas Licuado de Petróleo, etc.

Estos negocios y sus promotores ponen en peligro, la paz, la tranquilidad y la seguridad ciudadana, porque incumplen con las normativas establecidas y violan preceptos constitucionales; ponen a rodar el dinero con una facilidad que asusta, al mismo tiempo que delatan su cuestionable origen.

En nuestro municipio, los empresarios Juan Carlos Cruz y Máximo Gas CxA, desde enero del presente año habían depositado ante el concejo municipal del ayuntamiento, la solicitud de no objeción para la instalación de dos envasadoras de G.L.P. en la sección de Licey Arriba y Km. 11 de la carretera Duarte.

Estas solicitudes fueron sometidas en la sección celebrada en la sala capitular el 22 de enero del año 2010; y con la presencia determinante de los munícipes de ambas comunidades se logró que los regidores aunque con las manos muy pesadas, rechazaran dichas solicitudes.

Advertimos en esa misma sesión que el sentimiento íntimo de la mayoría de los regidores no era cónsono con la decisión tomada y por eso señalamos que esos proyectos no serian pasados por encima; ni por debajo de la mesa.

En mayo 26 del 2010, nuestros temores fueron confirmados, cuando a la sombra fue convocada una sesión extraordinaria y en la misma sólo aparecían en agenda los siguientes puntos:

1) Lectura del acta anterior.

2) Arrendamiento terreno de la hoya.

Sin embargo la trama planeada consistía, en que un regidor propusiera el conocimiento de dos nuevas solicitudes de los empresarios señalados, para reintroducir los permisos de dichas envasadoras.

El presidente del consejo, como Pilatos, se lavó las manos, no voto a favor de la misma; parece que su compromiso terminaba con la modificación de la agenda; sometiéndolo a la consideración de la sala y siendo aprobada con el voto del señor Belarminio Paulino, regidor del PRD, Rafael Castillo del PLD y Luís Paulino del PRSC.

Con esta actitud revocaban la decisión del acta No: 01-2010, del 22 de enero del año 2010, dándole la espalda a los munícipes y el apoyo a estos empresarios. Los argumentos legales, técnicos y humanos son violatorios a la constitución Dominicana en sus artículos 66 y 67, que nos consagra derechos ambientales en beneficio de las presentes y futuras generaciones, así como también, desconocen la normativa establecida por el ministerio de Industria y comercio de la Rep. Dom. que establece los requisitos técnicos y legales para la instalación de estas peligrosas plantas.

Consultando los partidos políticos en el municipio descubrimos que existe una componenda entre la Dirección Municipal del Partido de la Liberación Dominicana y los regidores para promover este tipo de iniciativa que crean incertidumbre, inseguridad y desasosiego en nuestras comunidades.

Los regidores de este ayuntamiento con excepción del señor Luís Arias, que siempre se ha manifestado solidario con los intereses de la población, han cometido un crimen de los más abominables, como se dice en el lenguaje jurídico, actuaron con premeditación acechanza y alevosía; ahora quienes estamos al acecho de sus actuaciones somos nosotros, porque a pesar del dinero que ha rodado, esos proyectos solamente pasaran por encima de nuestros cadáveres.

Ellos actuaron como los mercaderes en el templo de Jerusalén y se vendieron barato, como los cerdos en tiempos de abundancia, dándole la espalda al pueblo.

Ahora entiendo la razón por la que Dante en su Divina Comedia le reservó el noveno círculo del infierno para los políticos.

Procedieron como el Harpargón en el Avaro de Jean Batiste Moliere, cuya patológica avaricia por el dinero lo llevó a desconfiar hasta de su propia sombra; y por que no, como el Doctor Fausto de Goetz que fue capaz de entregarle su alma al diablo a cambio de placeres, sabiduría y fortuna.

Son tan pobres de conciencia y espíritu como la llama de un fósforo que no sobrevive a la más mínima brisa.

Nosotros estamos trillando el camino de la institucionalidad y la ley-como tenemos la razón, no estamos haciendo uso de la fuerza, pero no dudaremos en usarla si en el camino nos encontramos con la imprudencia, la deslealtad, perversidad y deshonra.

Somos de ideas y razones puras; admiradores de Gandhi por su revolución no violenta, al tiempo que valoramos la gran marcha de Mao Tse-Tung para llevar a su pueblo a la victoria final.

A los regidores y al síndico de Licey al Medio solo les sirvieron los pantalones para hacer uso de sus bolsillos y pensaron con el estomago mas que con el cerebro al no defender los derechos de la comunidad. A ellos les sugiero que usen ropa interior femenina, que es lo que le va con su comportamiento cobarde.

La miserable intención de establecer estas cámaras de muerte no pasara en Licey al Medio.