SANTIAGO. Cristian Neftalí Morel Sosa volvió a casa como de “milagro”, según dice, porque debido el trato que le dieron sus secuestradores durante cinco días, pensó que nunca llegaría el día de estar entre los suyos.
“Eran amables, me compraban comida y hasta me preguntaban qué yo quería comer. Por eso estuve muy nervioso dentro de mí mismo, porque esa forma me tenía asustado, diría yo”, contó Morel Sosa al llegar a su casa donde una gran cantidad de amigos y familiares lo esperaba.
“Estábamos aquí sentados en esta marquesina, día y noche desde el día del secuestro, y ayer vimos como un taxi se acercó y nos asustamos, pero como había policías aquí salieron a preguntar y, mientras caminaban, vimos como Cristian salía de ahí y fue un encuentro milagroso”, relató su madre, Violeta Sosa.
Expresó que lo abrazó y le preguntó que si tenía algún golpe para llevarlo al hospital, a lo que el joven respondió que no
“Sólo atiné a preguntarle si le habían dado golpes, y él me dijo que no”, apuntó la madre, y señaló que su hijo sólo trabaja mucho.
Cristian, aún con los ojos entristecidos, manifestó que nunca supo dónde estuvo porque desde el mismo momento que los secuestraron lo encapucharon y tomaron carretera, aunque estaba consciente de que eran cuatro personas.
“No sé a dónde me llevaron. No sé dónde estuve estos cinco días. Nunca dejaron que yo me quitara la máscara y ellos estaban armados, bien armados, pero me trataron bien. Nunca me quejé y hacía lo que ellos me decían”, relató el joven.
Dijo que cuando decidieron sacarlo del lugar donde lo tenían encerrado, le advirtieron que cuando le dieran la orden de salir, no intentará quitarse la capucha hasta contar 200.
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