Reporteros de este diario pudieron comprobar cómo desaprensivos en caballo y en burro penetran al Camú y empiezan a extraer materiales. Mientras, en la parte alta del río, se forman granceras, al punto de que el pasado año, el obispo de La Vega, monseñor Antonio Camilo, llamó la atención por los niveles de depredación y explotación minera del Camú.
También en Moca
Mientras que con el río Moca, las juntas de vecinos y ambientalistas temen que las empresas y la vieja planta de tratamiento de aguas residuales puedan hacerlo desaparecer. En horas de la tarde, el denominado grupo Los Peregrinos se concentró durante una vigilia para denunciar el lanzamiento indiscriminado de basura y desechos químicos por particulares y empresas establecidas en el entorno del afluente. De los daños acusan a dos empresas, una dedicada a las gaseosas y otra a la elaboración de cloro. Dicen que estas industrias han contribuido al deterioro del afluente. Juan Comprés, en representación de las organizaciones comunitarias, atribuyó esto a la falta de conciencia de los residentes en barrios cercanos al río Moca, caracterizados por la pobreza, donde además prosperan otros males provocados por los niveles de contaminación.
Llaman la atención por el deterioro del río Moca
Organizaciones como la Fundación Alrededor de Todo, y Ambiente Global, con el apoyo del Club José Horacio Rodríguez, Comité de Defensa a la Familia del Barrio La Española, distrito 145 de la Cooperativa Vega Real y la Fundación Coronel José Contreras están dando la voz de alarma a la opinión pública sobre el estado de deterioro ambiental del río Moca.
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