Siguen las estafas con llamadas desde cárceles del Cibao

SANTIAGO. Varias personas han sido estafadas recientemente con miles de pesos en efectivo y otras pertenencias de valor mediante llamadas telefónicas realizadas por una red de reclusos desde la cárcel del Ejército de San Francisco de Macorís. Entre los estafados figuran el señor Luis Manuel Reyes, cuyo hijo de 9 años fue llamado desde la cárcel para decirle que su padre había tenido un accidente en el cual había fallecido una persona por lo que estaba preso y se requería entregar dinero u otras pertenencias para liberarlo.
El menor, inocentemente, cayó en la trampa y buscó dos pistolas calibre 45 y un revólver calibre 38 que tenía su padre en la casa ubicada en calle Pastoriza de la urbanización Rincón Largo de esta ciudad. El niño entró las armas en una mochila negra, salió de su casa a pie y tras caminar medio kilómetro llegó hasta el elevado de la 27 de Febrero de esta ciudad donde entregó las pertenencias a un hombre que lo esperaba en el lugar. La mochila fue recibida por un hombre identificado como Rafael Monsanto ( Cero, quien entregó una de las pistolas a una mujer, quien se trasladó a San Francisco de Macorís donde entregó el arma a otra persona. Monsanto fue detenido en Santiago de los Caballeros, donde vivía, mientras que la mujer fue apresada en San Francisco de Macorís. Ambos se dedicaban a recoger dinero y otras pertenencias en coordinación con la red de reclusos que opera una mafia desde la cárcel. El pasado fin de semana otras dos personas, entre ellas una mujer, fueron detenidos durante otro un operativo en San Francisco de Macorís, luego de que varios santiagueros se querellaran en su contra tras ser estafados mediante llamadas desde la citada cárcel. Los afectados por la estafa pudieron la denuncia en el departamento de Delito Monetarios de la Policía en Santiago. Allanamientos Recientemente fue realizado un allanamiento en la Compraventa Ovalle ubicada frente a la cárcel de Macorís, donde incautaron pertenencias de personas que habían sido estafadas. El propietario del establecimiento, el señor Ramón Antonio Ovalle, fue apresado y posteriormente liberado al conocérsele medidas de coerción consistente en presentación periódica y el pago de una fianza. Mientras que en el techo de la cárcel de La Vega instalaron un bloqueador de llamadas telefónicas.