La temporada ciclónica de 2011, que inició el primero de junio, finaliza mañana como una de las menos destructivas de los últimos años para la República Dominicana, que sólo recibió el impacto de dos fenómenos atmosféricos: la tormenta tropical Emily y el huracán Irene, ambos en el mes de agosto.
Como predijo la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) la que concluye fue una temporada “por encima de lo normal”, en que se vaticinó la formación de entre 12 y 18 tormentas tropicales; de 6 a 8 huracanes y 3 a 6 huracanes mayores de categoría 3 de intensidad.
La realidad de la temporada no resultó lejana a la predicción de los expertos, ya que se formaron 17 depresiones tropicales; 16 tormentas; cuatro huracanes y tres de categoría tres.
Balance. El miércoles 3 de agosto la tormenta tropical Emily comenzó a afectar al al territorio nacional, con vientos sostenidos de 85 kilómetros por hora y lluvias de más de cinco pulgadas.
A pesar de que la tormenta no tocó suelo dominicano, las lluvias de su poderoso campo nuboso cobraron la vida de tres jóvenes de 19, 20 y 23 años y además dejaron 7,534 desplazados y 49 comunidades aisladas principalmente del Suroeste.
Luego de azotar a territorio haitiano con fuertes lluvias, Emily se debilitó el 4 de agosto para convertirse en una baja remanente.
A sólo unos días, el 22 de agosto, el país comenzó a sentir los estragos de Irene, primer huracán de la temporada ciclónica. Irene, de categoría uno, entró el 22 de agosto y su centro tampoco tocó suelo dominicano.
Empero, provocó la muerte de cuatro personas, unas 90 comunidades aisladas; 6,211 viviendas afectadas y más de 37 mil desplazados.
Sus mayores daños se concentraron en las provincias de San Cristóbal y San José de Ocoa, donde la crecida de ríos, arroyos y cañadas arrastró cientos de viviendas. En Ocoa, que recibió 285 milímetros de lluvias en sólo 27 horas, se reportó la pérdida de hasta un 70% de su producción agrícola. En San Cristóbal, la crecida del río Nigua arrastró cientos de viviendas.
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En perspectiva
Durante la temporada ciclónica de 2010, el país sólo fue impactado indirectamente por el huracán Tomás, a inicios de noviembre
Malos recuerdos
A finales de 2007, luego de terminada la temporada ciclónica, el país fue azotado por las tormentas Noel y Olga que dejaron un total de 87 muertos y pérdidas en infraestructura estimadas en más de 249 millones de dólares.
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