El Estado Dominicano sus instituciones y toda la sociedad dominicana, están pidiendo a grito la implementación de programas educativos, tendentes a frenar esta descomposición social que nos perjudica a todos y todas.
Cuando he escuchado las propuestas surgidas de distintos sectores de la sociedad, para que se creen estos programas educativos, me he dado cuenta que en realidad no se ha estudiado este fenómeno social de manera científica y adecuada.
Hay que empezar diciendo, que en nuestra sociedad desde que nace una criatura, ésta trae consigo ventajas y desventajas, privilegios y perjuicios, oportunidades o abandonos, protección o desprotección; Es ahí precisamente donde está fundamentado el mal que estamos señalando. Podemos darnos cuenta como el niño que nace con muchos privilegios económicos y sociales lo tiene todo y que el otro, que nace dentro de todas las precariedades sociales ni siquiera puede educarse adecuadamente porque nuestra injusta sociedad, no ha medido el inmenso tamaño de la desigualdad social.
El delito es injustificable, las actuaciones desmoralizantes y vergonzosas hacen un gran daño a la sociedad.
Sabemos por demás, que los poderes públicos están obligados a regular el comportamiento que deben exhibir los seres humanos; sin embargo, esta regulación debe de ir en armonía y ser coherente con lo que podríamos llamar un estado de justicia social.
Es injusto que el Estado Dominicano, les pida un comportamiento adecuado a ciudadanos que no tienen empleo, no tienen donde vivir, no se han educado, no tienen seguro social, no tienen como comprar medicina y de ñapa son rechazados por muchos sectores sociales de su entorno.
Pobreza extrema, desempleo, discriminación social, falta de salud, falta de alimentación, falta de educación y falta de justicia; Es ahí, Estado Dominicano, el lugar o los lugares en donde nace la pérdida de los valores que tanto mencionamos.
Vamos a combatir todos estos graves perjuicios.
“Pero todos juntos”
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