Danilo cruzando lo peor

Por RAFAEL A. ESCOTTO

EL AUTOR es abogado. Reside en Santiago de los Caballeros.

En estos últimos días he estado recapacitando sobre mi postura política con relación a la presidencia del Licenciado Danilo Medina, lo que me ha hecho inscribirme entre los que piensan que la presidencia del mandatario dominicano fue empedrada desde sus inicios para que su mandato resbalara y no pudiera escalar el sitial que le tiene reservada la historia a aquellos gobernantes ejemplares.

Veo desde este balcón independiente que quienes le tendieron la trampa del jabón al presidente calcularon que si el mandatario llegara a ese sitial lo hiciera con muchas dificultades y peores sacrificios políticos y hasta personales. Cuestión que desde la cúspide donde aparecerá su imagen elevada no pueda ser vista su obra gubernamental, aunque carente de gigantismo dejara huellas sociales importantes y duraderas en las comunidades humanas.

De ninguna manera me embarcaría en señalar quién o quiénes dentro o fuera de su propio partido enlosaron la vía de su administración porque no poseo los poderes mágicos para adivinar tal cosa y, además, no es tarea la mía, desde esta posición de articulista o de ninguna otra, convertirme en aquella Sacerdotisa de Apolo que daba los oráculos en el templo de Delfos.

No profeso ni estoy alineado a ninguna corriente política o ideológica de ninguno de los partidos políticos que ocupan el escenario nacional; pero seria yo un zopenco si utilizara las paginas de los periódicos nacionales y extranjeros para los cuales escribo y, sobretodo mi preciado tiempo para prestarme para propiciar que el gobierno del presidente Medina Sánchez patine y caiga de bruces en el agujero donde habitan las fieras políticas más salvajes y marrulleras.

Quienes pudieran desear similar desventura política, aun siendo oposición, correrían el penoso riesgo de colocar al país sobre el filo de una navaja cuyo corte seccionaría esta poca democracia que tenemos y nos escamotearía este nuevo y sano ejercicio de pluralismo político. Los dominicanos quedaron atraídos por los gobernantes absolutistas y abominan con igual ímpetu aquellos presidentes de expresiones liberales que manejan el poder con discreción como nuestro presidente, respetando los derechos que tienen los ciudadanos a expresarse y de perfeccionar su forma de vida.

Ciertamente, no estamos de acuerdo con algunas políticas que esta implementando el presidente. No obstante, entendemos que ante las circunstancias gelatinosa por la que ha tenido que transitar con escasos recursos económicos disponibles y con una administración pública impregnada de funcionarios y empleados de su propio partido carente de aptitud de servicios que le ayuden a empujar los planes de desarrollo que está llevando a cabo el nuevo gobernante, es muy poco lo que el presidente Medina pueda hacer en beneficio de su pueblo, pero a pesar de ello algo diferente está haciendo.

Lo que ha recibido el presidente, como bien él mismo expresó a comienzo de su gobierno, es una caja llena de facturas por pagar y de acreedores voraces tratando que le paguen sus notas. Puede alguien darse cuenta el malabarismo que tiene que hacer día a día el presidente Medina para mantenerse a flote y no hundirse en ese mar lleno de escualos que intentan coger al jefe de Estado desorientado y quien atosigado por las exigencias externas e internas que se le plantean y cuyas demandas no puede satisfacer en su totalidad aunque tenga la mejor intención, se vea obligado a claudicar.

Muchos quizás ven como algo apetecible el fracaso de la gestión gubernativa del presidente Medina Sánchez porque en su codicia política encabritada no alcanzan a ver las consecuencias dimanante de ese empeño aventurero. No es de dudar que haya un paquete de tiburones empujando la paca de sardinas para devorarlas como si se tratase de un pomposo banquete político.

Los dominicanos que todavía creemos que la democracia bien lograda es posible en este país no debemos ser tripulantes de un barco ballenero como la nave que capitaneó Moby- Dick, como aquella novela del escritor estadounidense Herman Melvilla publicado en 1851 que narra la travesía Pequod en la obsesiva persecución de una gran ballena blanca impulsada por el capitán Ahab, en este caso para arponar la presidencia de un gobernante que esta dando demostraciones de que quiere hacer algo diferente y provechoso para el país.

El presidente Medina le podrás parecer a usted un gobernante calmoso que no ha llegado todavía al “vitrinismo” ni a sentir esa atracción desmedida por el podio para exhibir su elocuente oratoria como fue el ateniense Demóstenes, el orador más relevante de la historia. Lo que el pueblo esta percibiendo en el presidente Danilo Medina Sánchez es el gobernante empeñado en crear un estilo nuevo de gobernanza cuya expresión esta basada en su apego a la puntualidad a la cual le agrega su interactuacion franca con todas las clases sociales a quienes sorprenden sus visitas que llevan mensajes y acciones enfocadas a resolver los problemas más inmediatos que les aquejan a las comunidades.

Algunos creen que el presidente Medina obra bajo intimidación de algún liderazgo o que es un mandatario timorato y, por tanto, carente de decisiones propias. No veo en nuestro presidente a un gobernante con actitudes serviles ni amante al vasallaje; lo que se puede observar en él es un jefe de Estado con sólida firmeza de carácter que se traduce en un don de mando efectivo y esperanzador, nunca ultrajante ni soberbio. En él no vemos ínfula de grandeza ni de acumular glorias.

Me arriesgo a decir que el presidente Danilo Medina ha conseguido la alta valoración que le dan las encuestas por esos dones que el pueblo dominicano ha reconocido en él. Creo, además, que nuestro pueblo ha ido asimilando gradualmente ese estilo fresco de gobernar del presidente, y, al final, me atrevería a profetizar que el pueblo tendrá como resultado una sumatoria provechosa y próspera de la cual se hablará por muchas décadas futuras.

A esto se le agrega, que para el 2016 cuando se celebrarán nuevas elecciones presidenciales, los votantes acomodados a esa peculiaridad de gobernar del presidente Danilo Medina Sánchez quieran echar su voto por alguien de similar expresión y al no encontrar en ningunos de los candidatos visibles el país puede caer en una grave desilusión electoral o en un retroceso político y social

Le hago un llamado al pueblo dominicano sabio, darle apoyo a este presidente es una decisión correcta. Yo no soy pelEdeísta pero me he dado cuenta a tiempo de que hay que defender el estilo de gestión presidencial de este hombre bienintencionado. Si perdemos esta oportunidad lo van a lamentar hasta los nietos de nuestros nietos.