DISPOSICIÓN FINAL DE DESECHOS SÓLIDOS

Un pueblito de Santiago da cátedra en manejo de basura

LAS PLACETAS ES UN DISTRITO MUNICIPAL DONDE LOS CIUDADANOS RECICLAN SUS DESPERDICIOS

• Recipientes en que son depositados los desperdicios orgánicos e inorgánicos producidos en el pequeño distrito municipal.

Juan Eduardo Thomas
juan.thomas@listindiario.com

Las Placetas, Santiago

Caminar por el distrito municipal Las Placetas da la sensación de estar en otro país. Se trata de una pequeña comunidad en las alturas de la Cordillera Central dominicana, que desde hace tres años recicla y reutiliza los desperdicios que tanto dolor de cabeza generan en todo el resto del país.

En sus calles es común encontrarse con dos contenedores, de colores diferentes, que reciben los desechos orgánicos e inorgánicos producidos por la comunidad.

Cabe destacar que este es un recurso utilizado básicamente para los transeúntes, ya que es en las casas donde primero se inicia la clasificación de los desechos.

Pero todos estos avances que se han logrado se perderían si no se contara con la eficaz disposición final de los residuos sólidos. Por ejemplo, el vertedero de la comunidad es un centro de recepción modelo. Un espacio que debería ser replicado en cada demarcación de la nación dominicana por clasificar los desperdicios que reciben.

“Este proyecto ha creado una revolución a nivel nacional. Esto lo queremos replicar y aumentar en cada una de las comunidades”, explicó Francisco Flores Chang, director de Protección Ambiental de Medio Ambiente.

En el vertedero se ha habilitado un espacio para las botellas de vidrio, otro para el plástico y uno más para los cartones. Una vez recopilados estos materiales son vendidos, generando esto, aunque poco, recursos que sirven para mantener en operación el vertedero.

Para Evelyn Quiroz, directora de la Unidad Ambiental del distrito municipal, la integración y educación de la comunidad ha sido fundamental para llevar a cabo este proceso. Según cuenta, las prácticas anteriores eran acumular los desechos en el vertedero, quemarlos o arro- jarlos a una cañada ubicada a escasos metros del río Bao.

Pero con los años, y por la concienciación, son menos los materiales reutilizables que llegan al vertedero. Los munícipes de esta comunidad ya han aprendido que a partir de estos recursos se pueden generar nuevas oportunidades de negocios, como lo demuestran las artesanías y manualidades elaboradas con vidrio molido, recipientes de refrescos, las tapas de dichas botellas y hasta las fundas comunes que son entregadas en los supermercados del país.

Además, los pocos desperdicios orgánicos que recibe el vertedero están siendo acumulados y ya tienen compradores garantizados en Haití, para utilizarlos en la siembra de árboles y producción.

“Lo que le llamábamos basura es ahora materia prima para nosotros”, explica Graciela Pérez, del Club de Madres que sustenta la reutilización de los materiales en el distrito municipal.

Esa concienciación ha permitido que hasta el depósito final de los desperdicios tan solo llegue el 15 por ciento de los residuos que son producidos por la comunidad, debido a que el restante porcentaje es reutilizado y vendido.

De acuerdo con Flores Chang, el 80% de los desechos que son generados por una determinada población pueden ser reutilizados.

El único detalle que les desfavorece es el mal estado de la carretera, impidiéndoles esto transportar sus productos a Santiago o a San José de las Matas. Igual pasa con los materiales y artículos producto de la “basura”, que son vendidos.

Beneficios Por mes son recolectados 500 kilos de plástico, que son vendidos entre cuatro y seis pesos el kilogramo. Además, unas 4,000 botellas en el mismo período de tiempo, siendo vendidas a medio peso cada, una permiten dinamizar los trabajos de aseo de la comunidad.

“Decíamos que eso es basura, eso es algo que nosotros lo tirábamos a contaminar”, dice Quiroz al explicar las ganancias que económicas que ahora tienen.

En cuanto al cartón, y según las autoridades del municipio, deben tener un buen volumen del material para venderlo, debido a que no es muy rentable, sobre todo cuando son ellos quienes tienen que llevar el producto a las empresas o personas interesadas.

Se trata de tan solo uno de los 358 vertederos que según Flores Chang operan en el país, la mayoría de ellos mal manejados y con desperdicios al aire libre.

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DATOS Y FUNCIONAMIENTO
Los lunes y viernes llega la basura inorgánica al vertedero, (esencialmente plásticos, cartón, vidrios y metales) y los miércoles les llega la orgánica, recolectada en los invernaderos y de las hojas recogidas en las calles. Estos desperdicios son llevados a la abonera.

Las ciudadanas de la comunidad aseguran que el buen manejo de los desperdicios ha influido en las pocas personas enfermas del distrito municipal. Explicaron que la disminución también se ha notado en la venta de velas antimosquitos y de aerosoles contra insectos.

Tienen un solo camión que realiza el recorrido de limpieza. Los desperdicios son llevados al vertedero donde dos personas las clasifican. Las Placetas recibe desperdicios de 14 sectores. El servicio de recolección solo es pagado por los comercios de la demarcación.

Las Placetas es una comunidad de 4,400 habitantes, compuesta por 310 familias. 80 mujeres organizadas en los Clubes de Madres son esenciales en el proyecto Basura Cero, debido a que una parte se dedica a la educación de la población y la otra a la supervisión de que todo marche en orden.

En el vertedero no hay maquinarias por lo cual todo el trabajo es manual. En el 2009 se inició el asesoramiento técnico del Distrito Municipal Las Placetas, con apoyo del Gobierno alemán para mejorar el sistema.

El acompañamiento técnico desencadenó en una experiencia piloto y exitosa de gestión de residuos sólidos, que se difunde a nivel nacional e internacional denominado Basura Cero.

Más de 45 visitas de otras comunidades se han realizado con la intención de replicar el modelo de Las Placetas, para lo cual han visitado y recibido las explicaciones de lugar de parte del Club de Madres.